Algo que debemos retomar de la visión de vida de nuestras abuelas y abuelos es que: debemos abrir los ojos a lo que sucede diariamente porque regresará, terminará, pero regresará, regresará, pero se volverá a ir (terminará) nuevamente porque así es la vida: ciclos largos y cortos.

Tengo un anillo hecho del caparazón de un caracol que me recuerda lo anterior. Si miramos el caparazón de una concha o de un caracol podremos ver como un círculo que no se cierra, se rodea a sí mismo, se va y regresa.
La vida es un gran camino divido en ciclos. Estos días van a pasar, pero debemos estudiarlos para que nos quedemos con una enseñanza porque si no aprendemos de ello el regreso de dificultades nos tomará como ahora: con mucha incertidumbre.
Mi anillo entonces significa para mí:
Esperanza, porque las dificultades no son para siempre.
Agradecimiento por las cosas y personas que me fortalecen en estos tiempos.
Espíritu de aprendizaje porque estos días pueden enseñarnos mucho si abrimos nuestro ser a lo que está sucediendo.
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